Mis pequeñas fieras jamoneras... cuanto tiempo... entre medias ha pasado de todo: divorcios, uniones insospechadas, extraños compañeros de cama, jubilación de la Celestina... pero bueno, seguimos vivos, y con ganas de hacer teatro, que es lo que importa. Borrón y cuenta nueva, caminante no hay camnino, se hace camino al andar y todo eso... ¿que este año se ha ido la obra al carajo porque somos unos descastados sin organización? pues ya montaremos otra el año que viene y punto, ¡y olé nuestros cojones rumberos! y ahora, para dejaros buen sabor de boca,y por petición popular,voy a colgar el poema del pototo, que triunfó bastante en el festival de Psicología... así que para alboroto de grandes y mayores, señoras y señores, ta ta ta chan... (para mayor frenesí erótico-festivo, yo recomiendo leerlo con acentito argentino, que queda mejor, jajaja)
HISTORIA UNIVERSAL DEL POTOTO (POTOTOLOGÍA)
Hay pototos muy peludos como hippies melenudos.
Hay pototos rasurados como frailes franciscanos.
Hay pototos que son grandes, mientras que otros son pequeños;
hay pototos que son tristes, mientras que otros son risueños.
Yo, con mi pototo en ristre, clasifico otros pototos:
Hay pototos vergonzosos que se esconden entre piernas,
hay pototos ninguneados bajo braguitas de seda,
los hay exhibicionistas, hay pototos comunistas,
hay pototos tan freudianos, otros que son más mundanos,
pototos metapototos y pototos nihilistas;
hay pototos bien ateos, y los hay pototeístas.
Yo, con mi pototo en ristre, continúo con la lista:
Hay pototos de monjitas que rezan el padrenuestro,
hay potots de ministras que nos suben los impuestos;
el pototo de mi abuela, el pototo de la reina,
el pototo de las putas, el pototo de las viudas,
el pototo de las pobres, y el pototo de las nobles.
Hay pototos callejeros, mientras que otros son caseros,
pototos despototados y pototos proletarios,
pototos siempre cerrados y pototos sin horarios.
Todas tienen su pototo: unos nuevos, y otros rotos.
Hay pototos con erratas, hay pototos terremoto,
hay pototos que apostatan y no quieren ser pototos.
Hay pototos que dan fiebre o te dan gato por liebre.
Hay pototos con marido que ya están comprometidos;
hay pototos teatreros por quien no pasan los años,
hay pototos sin dinero que se alquilan a un extraño.
Todas tienen su pototo: unas mucho, y otras poco.
Todas tienen su pototo: unos listos, y otros bobos.
Todas tienen su pototo: unos cuerdos y otros locos.